Fresado preciso con la solución de control de maquinaria Leica iCON pave 3D
La ciencia de los datos a menudo se concentra en los procesos sociales, financieros o de fabricación, pero ¿qué sucede con la construcción?
Mientras las redes sociales y los gigantes del comercio electrónico acaparan los titulares, una evolución digital menos publicitada pero posiblemente con más impacto ha estado dando forma a la industria de la construcción. Después de veinte años de cambio, el sector está entrando a su siguiente fase y el impacto podría llegar más allá de las carreteras y los puentes. Las tecnologías de construcción digital bien podrían dar forma y conservar a la madre de todos los ecosistemas: La Tierra misma.
Fase 1: Conectando a la gente con el ecosistema de la construcción (2000–2010)
En el año 2000, los ingenieros civiles y estructurales ya utilizaban modelos de diseño asistido por computadora (CAD). Sin embargo, el lanzamiento de AutoCAD 2000i en julio de 2000, marcó un punto de inflexión. Al aprovechar las características de Internet, la comunidad mundial comenzó a colaborar a una escala y velocidad crecientes. Ahora era posible desarrollar representaciones digitales de infraestructuras reales o futuras en la nube y compartirlas. Sin embargo, las actualizaciones del modelo aún requerían la intervención humana.
Fase 2: Conectando objetos al ecosistema de la construcción (2010–2020)
En 2010, el gobierno chino estableció que el Internet de las cosas (IoT) fuera una prioridad estratégica en su plan quinquenal, y para 2011, Gartner, una empresa líder en investigación y asesoría tecnológica, agregó el IoT en el conocido ciclo del hype. Objetos como excavadoras, camiones y cintas transportadoras estaban siendo equipados con sensores asequibles que automáticamente actualizaban sus representaciones digitales con temperatura, presión y humedad, agregando así puntos de datos más frecuentes y diversos. Surgieron algoritmos sofisticados que “escuchaban” estos objetos conectados, analizando miles de millones de datos para predecir fallos o permitir la automatización. Actualmente, muchas piezas de equipos de construcción se han convertido en “máquinas hablantes” completamente conectadas que ofrecen un diagnóstico a distancia. Y sin embargo, la tierra que mueven sigue siendo silenciosa. Lo mismo es válido para los océanos, las montañas y los bosques, ninguno de los cuales pueden conectarse a sensores. Por lo tanto, la siguiente frontera consiste en hacer a la naturaleza legible para las máquinas.
Fase 3: Conectando al planeta con el ecosistema de la construcción (2020+)
Las tecnologías que utilizan métodos tan antiguos como la triangulación marítima han encontrado su camino en los láseres, LiDARs y radares. Estos equipos pueden “ver” literalmente su entorno, ofreciendo conocimiento geoespacial no solo de su propia posición, sino de todo lo que tienen a la vista. Pueden digitalizar y supervisar de forma eficiente no solo las calles y túneles, sino paisajes completos. Es posible comparar su condición con el pasado o el futuro previsto. Inicialmente, esto permitirá a las excavadoras cavar orificios más rectos y rápido.
A largo plazo, estos ecosistemas digitalizados conectados nos permitirán analizar a gran escala cambios lentos en nuestro entorno físico. Los algoritmos identificarán patrones subyacentes de interacción del sistema.
Todo tiene un costo
Ahora es posible imaginar ecosistemas interconectados que optimizan la compleja interacción entre las personas, productos y recursos valiosos. Un sistema de este tipo podría, por ejemplo, ayudar a orientar las decisiones sobre si renovar un puente, construir uno nuevo o reemplazarlo por un túnel. Podría crear un paisaje de decisiones con diferentes ópticas que varían dependiendo de las preferencias sociales, financieras o ambientales. Podría cuantificar los costes financieros de un proyecto para hacerlo más sostenible o calcular el ahorro de infraestructura con relación a una selva tropical más sana. Pero incluso el marco más sofisticado necesitará de un enorme juicio. Los actores políticos seguirán afirmando tener las mejores ideas, pero las transacciones serán más transparentes y estarán sujetas a escrutinio. Esta transparencia podría ser suficiente para un futuro mejor, ya que dados los efectos multigeneracionales a largo plazo del desarrollo de las infraestructuras, incluso las pequeñas concesiones pueden tener gran impacto.